Desde hace algunos años me he dado cuenta que desde que me comencé a alimentar mejor, mi ciclo menstrual ha sido más “controlado” y casi pasa desapercibido en síntomas físicos.
No porque la alimentación haga desaparecer mi ciclo, sino porque cuando sucede, y he aprendido a conocer en mi cuerpo cuales son mis principales cambios físicos y psicológicos que tengo durante el mes, esto me da una mayor sensación de que a veces mis sentimientos pueden intensificarse debido a ello.
Si me enojo fácilmente cuando me tropiezo en la calle, lloro por historias de películas o libros que leo, o siento la necesidad descontrolada de comer un dulce que debe complementarse con un salado, que a su vez debe ser contrarrestado por uno dulce y así sucesivamente, ya sé que estoy en el SPM.
Gradualmente, me doy cuenta de que las emociones confusas, las reacciones contradictorias y las dificultades para tomar decisiones son parte de esto, ahora puedo respirar profundamente y esperar algunos días para volver a mi centro.
Aprendiendo a conocerme
Estando en una fase depresiva y no comprendía por qué sucedía, decidí mejorar mi estado general de salud física y mental. Entonces, empecé a marcar el día del mes, y con mis lápices de colores subrayaba los días intensos y anotaba mis síntomas durante ese periodo, alimentación y en mi físico.
Creía que mi rutina de seguimiento alrededor del síndrome premenstrual, haría que mágicamente dejara de existir, sin necesariamente aceptar que era parte del ciclo completo, incapaz de comprender el aspecto cíclico de mi sistema reproductivo y aceptando lo que por naturaleza corresponde.
Comprendiendo mi ciclo menstrual
Después de varios meses, comprendiendo sobre esta perspectiva cíclica, conociendo todos los síntomas que se repetían mes con mes, no solo en mi síndrome premenstrual, sino durante todo el mes (porque es un ciclo completo).
Ahora veía todo más fácil que las etapas del mes no eran tan difíciles y como ya estaba preparada, lista y activa para comenzar con cada una, comencé a llevar mi vida de manera normal y descansar cuando mi cuerpo lo necesitaba para sentirme mejor.
La importancia de la dieta en el síndrome premenstrual
Para muchas personas, el síndrome premenstrual es una oportunidad para sumergirse en chocolates y grasas de todo tipo, pero en mi caso descubrí que este tipo de alimentación solo intensifica mis síntomas aún más de manera negativa. Algunos alimentos y bebidas (alcohólicas, café) combinados con fluctuaciones hormonales, pueden ser más inflamatorios para el cuerpo y pueden tener alguna relación con hinchazón excesiva, calambres y dolor lumbar, entre otros.
Los chocolates (mis favoritos), debido a que contienen un alto contenido en azúcar, pueden aumentar el proceso inflamatorio y, en consecuencia, el dolor menstrual, así como las hamburguesas, pizzas, doritos, etc., que con su alto contenido de sodio pueden aumentar la hinchazón.
Todavía hay mucho que aprender sobre la relación entre SPM y la alimentación, y no todas las personas son iguales y tenemos los mismos síntomas, por lo que creo que nuestro proceso de conocernos a nosotras mismas es muy importante: cuidar nuestro cuerpo, comer y dormir bien, caminar y descansar son acciones que sin duda nos llevarán a mejorar nuestra salud en este sentido.
Es muy común que nuestros estados de ánimo y emociones cambien en SPM, anota todo y aprende a conocer cuáles son tus patrones y síntomas.
¿Cómo he disminuido mis cólicos menstruales?
Los cólicos menstruales se deben, probablemente a un exceso de prostaglandinas (compuestos que libera el revestimiento uterino cuando se está preparando para desprenderse), son una parte necesaria del proceso, pero en exceso causan dolor.
Entonces, existen algunas acciones que pueden ayudar:
Disminuye la intensidad del dolor con compresas tibias y medicamentos antiinflamatorios contra el dolor, como el ibuprofeno. El calor es un método ordinario pero que ha probado ser eficaz reduciendo el dolor de los cólicos menstruales
Considera tomar un suplemento de magnesio o maca para prevenir. Con el tiempo, estos suplementos pueden ser efectivos al reducir el dolor menstrual, así como la dependencia a los analgésicos.
Hacer ejercicio de relajación como yoga, ayuda aliviar los síntomas de estrés y mejorar nuestro estado de ánimo, procura enfocarte en poses que estiren y estimulen el abdomen, como las poses de cobra, gato y pez.
Suplementos como el jengibre pueden funcionar como analgésicos comunes. El Zinc puede ser efectivo por una razón parecida a la del magnesio, pero aún se necesita más investigación al respecto. La vitamina B1 para reducir el dolor menstrual ha sido estudiada con buenos resultados.
Reducir el consumo de cigarro y alcohol.
El sexo puede ayudarte ya que los orgasmos se han demostrado ayudan a aliviar los cólicos, además de que se incluye una menor probabilidad de embarazo y una mayor lubricación natural.
¿Qué tipo de dolor menstrual es “normal”? ¿Cuándo debería consultar con un profesional de la salud acerca de mis cólicos?
Si tus cólicos son tan fuertes que no sientes alivio con un analgésico normal, y afectan tu habilidad para trabajar, estudiar o hacer otras actividades cotidianas, es mejor consultar con un proveedor de servicios médicos. También deberías consultar con un profesional si tus cólicos son repentinos o inusualmente severos, o si duran más que unos pocos días.
Los cólicos menstruales severos y el dolor pélvico crónico pueden ser síntomas de un trastorno de salud, como la endometriosis. El dolor que experimentan las personas con endometriosis es diferente al cólico menstrual normal. Velar por la salud propia en cuestiones de dolor, puede ser difícil, pero ayudará a que te escuchen y recibir el tratamiento que necesitas.
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